30.5.04

Para la reinauguración de este blog tan querido por mí (solamente), he escrito un hermoso poema que se titula:

Estoy harta de que nadie me quiera


Demasiada ignominia y falsedad
rodeándome como hollines etruscos
El resto, sólo punzantes recuerdos
que son como chatarras de luciérnagas.

El martirio de esta amarga soledad
se entremezcla como melaza de año nuevo.
Cuando deseo morir, advierto
que la tumba no está hecha a mi medida.

Estoy harta de que nadie me quiera
Ni los amigos, hermanos de otrora,
ni los perfumados amores del ayer,
ni mi vieja que sigue siendo una turra.

Me pregunto: ¿está opresión tiene sentido?
Me la paso hablándo sola como una naba.
Tanta adversidad no tiene gollete
Sentada frente a estas letras, ya no te nombran.

Llegué acá con ansias de rumiante alada
y si me voy será sólo por un rato.
Que los amigos, los parientes y allegados
se vayan a la concha de su hermana.


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