2.11.03

Noche de descontrol. No me acuerdo mucho que fue lo que pasó. ¿Alguno de los que estaban me dice si hice mucho bardo?
Eso pasa cuando mi novio me deja sola.

Siguiendo con el hiperrealismo duro, mi poema de hoy.


Los domingos no tienen perdón de dios



Y yo no creo en Dios
tampoco en perdones

Pero me da por pensar
que a los domingos,
después de una noche
donde los calores, los vasos
las manos de ése
del que no recuerdo el nombre
o jamás lo supe.

Las manos que querían
meterse en mi corpiño
Las manos sucias y callosas
de ése de anoche,
que fue sábado.

Decía: que los domingos,
con la puta resaca del desencanto
Con el capricho y el odio
hacia todo lo que pasa en las veredas,
el vapor de las paredes,
el cenicero repleto de colillas,
el hediondo aire de nicotina vieja,
vestigios de lo inútil,
de lo innecesarias que son las ilusiones.

Repito: los domingos
son un animal hijo de puta
Los domingos no tienen
perdón de dios.

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