Hoy no estoy deprimida. Le voy a hacer caso a Habbi que dice que soy una llorona y me grita que la corte. Todo liso. Me voy a dedicar a vivir mi juventud.
Me fue mal en el parcial (en realidad era un recuperatorio), así que estoy pensando en largar la facu. Total, con lo bien que yo escribo ni me hace falta estudiar. El fin de semana voy a estar haciendo promoción de empanadas (todavía no sé dónde) Es un trabajo que me consiguió mi novio. Sí, es pedorro, pero es lo que hay y necesito plata para mis gastos porque la vieja ortiba no habilita.
Ah! Quiero recomendar la página que hizo Demo que es una masa. Se aprende mucho.
Y además el blog de Irene que es una mina copada que vive en Londres y escribe poesías así, como medio raras pero que a mi me gustan. Aunque su gusto musical es bastante pedorro, pero bueno. Peor es el de Piolín o el de mi hermanita que está todo el día escuchando la 100 y ya me tiene re podrida.
Otra cosa: Aldito, si te seguís haciendo el galán de la blogósfera con esa manga de nabas alzadas, te juro que te pateo para toda la vida.

Hoy dejo un poema que escribí hace unos días cuando estaba sumida en pozo depresivo del que ya salí, por suerte.



Hay días que son de no
Esta mañana descubrí
que mi cabeza es una pista
donde buitres aterrizan
para pelear por la carroña
que hay adentro, que hay fuera.
No le tengo miedo al futuro
y tampoco a ningún pájaro

Lo días que son no
escucho Radio Head
y lloro cuando veo el noticiero
Entre la constante decepción
ya no hay respiro.
Esto de la vida eterna
resulta demasiado tiempo.

En los días que son no
revuelvo la basura
me garcho a todos los odios.
Ya no quiero estar en mi,
esta caja me queda enorme
y sólo quiero esconderme
en algún piringundín
para pensar en cosas feas
de esas que tiene la vida

Como los terremotos
o la música de Oasis
que es un asco.
Que es de trolos.